Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea han mantenido conversaciones conjuntas sobre las preocupaciones sobre la política energética de México, dijeron fuentes a Reuters, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador presiona por un papel más importante para el estado en el sector.
El encuentro diplomático es una medida de cómo la ruptura del izquierdista mandatario mexicano con la política energética del gobierno anterior, preocupa a las economías que tradicionalmente han sido algunos de los mayores inversores extranjeros de México.
Funcionarios norteamericanos, de Canadá y Europa expresan en privado su preocupación de que la política energética de México está erosionando los fundamentos legales de los contratos por valor de miles de millones de dólares con el gobierno de Enrique peña Nieto, en lo que temen es una excreción progresiva de sus intereses.
RENEGOCIAR, DICE AMLO
El gobierno de México niega que esté socavando esos acuerdos, pero dice que los contratos anteriores a menudo dañaron al país y ha tratado de renegociar los términos de algunos.
En la reunión del viernes en la Ciudad de México organizada por la embajada de EU, Diplomáticos de Gran Bretaña, Canadá, la UE, Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos y España discutieron sus preocupaciones y la mejor manera de transmitirlas a López Obrador, dijeron fuentes familiarizadas con el reunión.
Apuntan que el gobierno extranjero difiere en sus opiniones sobre la forma abierta de comunicar sus quejas al presidente izquierdista, para que no sienta que lo están presionando y termine adoptando un enfoque más estricto.
López Obrador se ha comprometido a fortalecer el papel del estado en el sector energético, argumentando que la liberalización del mercado y la privatización de otras industrias en el pasado profundizaron la desigualdad crónica en México y alentaron la corrupción.
Las preocupaciones más amplias
Sobre las políticas económicas de AMLO minaron la inversión en México el año pasado y contribuyeron a una desaceleración que llevó a la economía a una leve recesión.
Empresas de todo el mundo se comprometieron a invertir miles de millones de dólares en México bajo cambios constitucionales para abrir el mercado de la energía, en particular para el petróleo y el gas, realizado el sexenio pasado.
No obstante, López Obrador ha frenado ese proceso de liberalización, diciendo que no ha producido beneficios para México.
Igualmente, los pasos del gobierno para fortalecer la empresa estatal de servicios públicos, Comisión Federal de Electricidad (CFE), han reducido los incentivos para que el capital privado ingrese a proyectos renovables, lo que nubla aún más la confianza de los inversores en México, reporta Reuters.